El papel higiénico es un producto básico en el funcionamiento de nuestro hogar al que necesariamente debemos incluir en la lista de las compras y en el presupuesto familiar. Por eso, todo cuidado que podamos tener al usarlo impacta directamente en nuestra economía. Y no se trata solo de aprender a utilizar la medida justa de papel requerida a la hora de ir al baño. Más bien se trata de cambiar otros hábitos que vamos adquiriendo por razones de comodidad, o porque nos parecen prácticos.
Cuando estás resfriado y necesitás sonarte la nariz, cuando terminás de lavarte las manos y no encontrás la toalla, cuando el espejo se empaño, o tenés que repasar los cristales de los anteojos. O encontraste una mancha pequeña y fácil de sacar en alguna parte del piso. Todo eso y tanto más lo resolvés muchas veces con un tramo de papel. Recordá que para cada una de estas funciones existe un paño con las características adecuadas para cumplirla. Utilizar estos, e incluso tener algunos de ellos en algún lugar de tu baño, al alcance de la mano (como una caja de pañuelitos de papel tissue), te ayudará sin dudas a cuidar el papel higiénico, que es un recurso fundamental para tu cuarto de baño, ¡donde no tiene reemplazo!